viernes 03 de mayo de 2024
Revista Viajeros » Animate » 24 ago 2023

Recorre el mundo en un sorbo

Conociendo la cuna del whisky mundial, Escocia

Nuestra bloguera y coctelera, Celeste Bosana, propietaria del emprendimiento Alma Libre Coctelería, visitó Escocia, el centro mundial del whisky, la casa de Jonhie Walker y nos cuenta su experiencia.


Por:
Miryan Moreno

 

 

 

Por Celeste Bosana 

Visitamos Escocia, nos encantó. En el 6to piso de Princess Street se encuentra el fabuloso  BAR BLUE ROOM, con una carta de más de 175 whiskys más cocteles y cervezas. Por otra parte en la planta baja  del edificio un shop para llevarse todo! bebidas, accesorios, mucho merchandising. 

Cada CASA JONHIE WALKER está construida inspirada en el tema "Conversaciones de Whisky" y diseñada para sumergirlo en la historia, procedencia y espíritu pionero de la marca Johnnie Walker. En parte una galería, en parte un estilo de vida y en parte un museo, reúne la innovación del whisky de lujo con arte, diseño, alta cocina y cultura.

Johnnie Walker Princes Street se inauguró en 2021 y es un enorme templo dedicado a la historia y los sabores del whisky Johnnie Walker – que es el más vendido del mundo, por cierto.

El edificio donde está Johnnie Walker Princes Street fue durante toda su historia unos grandes almacenes – primero Binn’s y luego House of Fraser. En su esquina se han dado cita los edimburgueses a lo largo de los años. El lugar es icónico y hoy ese mismo lugar es donde se rinde homenaje a una marca de whisky con 200 años y, a la vez, se usa la tecnología para transmitirla a los visitantes.

Todo esto en un edificio de 8 plantas y más de 21 mil metros cuadrados que Diageo – empresa dueña del whisky Johnnie Walker – tardó cuatro años y 215 millones de euros en restaurar.

Es una inversión relativamente segura si tenemos en cuenta que en 2019 más de 2.16 millones de personas viajaron a Escocia atraídas por la industria del whisky, el agua de vida escocesa que se nutre del agua de los ríos nacionales.

En cierta manera, el lugar está planteado como un viaje personalizado por los sabores del whisky. Y también como una manera de impulsar las destilerías de whisky que dan cuerpo a Johnnie Walker: Glenkinchie, Clynelish, Cardhu y Caol Ila. Es una experiencia completamente interactiva donde lo tecnológico se fusiona con lo tradicional para atraer y captar a nuevas generaciones de consumidores que se alejan de los estereotipos relacionados con el whisky.

La guinda del pastel son los dos bares con vistas panorámicas que hay en su azotea y terraza superior. Los dos son ideales para comer, tomar algo y disfrutar del skyline de Edimburgo. Mientras, en la bodega, maduran suavemente algunas de las barricas de whisky más singulares del mundo.

 Como curiosidad, antes de visitar Johnnie Walker Princes Street, párate en la esquina para admirar el precioso reloj mecánico que está suspendido sobre la calle. Bajo su sombra se han conocido y encontrado a lo largo de los siglos parejas de enamorados locales. La marca de whisky lo ha restaurado y ahora vuelve a sonar. Si te fijas bien, verás que tiene figuras de las Highlands pintadas a mano que salen a pasear cada hora y cada media hora al ritmo de las canciones Scotland the Brave Caller Herrin.

Y al salir no te olvides de echar un buen vistazo a la tienda de Johnnie Walker Princes Street. Es enorme y tienen un montón de cosas exclusivas, además de los whiskys clásicos de Johnnie Walker: Red Label, Black Label 12 years, Gold Label Reserve, Double Black, Green Label 15 years, Aged 18 years, King George V y Blue Label. Si quieres llevarte algo especial compra una de las ediciones limitadas del whisky Johnnie Walker Princes Street que van a ir renovando cada pocos meses.

 

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