Panamericano de la Juventud
La llama panamericana se enciende en Santísima Trinidad: un símbolo de unidad entre historia y juventud deportiva
En un hecho sin precedentes para el deporte y la cultura paraguaya, las imponentes Misiones Jesuíticas de Santísima Trinidad del Paraná, declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO, fueron el escenario elegido para el encendido oficial de la llama panamericana rumbo a los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025. El acto se realizó el 5 de julio de 2025, marcando el inicio simbólico de una competencia que reunirá a más de 4.000 atletas de 41 países del continente americano.
Miryan Moreno
Un legado cultural como punto de partida Ubicadas en el departamento de Itapúa, a pocos kilómetros de Encarnación, las ruinas de Santísima Trinidad representan uno de los vestigios más importantes del legado jesuítico-guaraní. Que este sitio haya sido elegido para encender la antorcha no es casualidad: es un gesto que une el pasado ancestral con el futuro del deporte continental, resaltando la riqueza cultural del Paraguay ante los ojos del mundo
Una ceremonia cargada de simbolismo El evento contó con la presencia de autoridades nacionales, representantes del Comité Olímpico Paraguayo, Panam Sports y líderes locales. La ceremonia incluyó expresiones artísticas, danzas tradicionales y rituales simbólicos que rindieron homenaje tanto a la historia del lugar como al espíritu de los Juegos. El encendido de la llama no solo marcó el inicio del recorrido de la antorcha, sino también el compromiso del país con la integración, la juventud y el deporte como herramientas de transformación social.
Un recorrido que conecta territorios y emociones Tras su encendido en Trinidad, la antorcha inició su travesía por Encarnación y otras ciudades emblemáticas del país, hasta llegar a Asunción para la inauguración oficial el 9 de agosto en el Estadio Defensores del Chaco. Este recorrido no solo conecta puntos geográficos, sino también emociones, identidades y sueños compartidos por miles de jóvenes atletas que ven en estos juegos una oportunidad de crecimiento y superación.
Más que un evento deportivo, una declaración de identidad El encendido de la llama panamericana en las Misiones Jesuíticas no solo posiciona a Paraguay como anfitrión de un evento de gran envergadura, sino que también reafirma su identidad cultural y su capacidad de proyectarse al mundo con orgullo y hospitalidad. Es un mensaje claro: el deporte y la cultura pueden caminar juntos, iluminando el camino hacia un futuro más inclusivo, diverso y esperanzador.