jueves 04 de julio de 2024
Revista Viajeros » Noticias turísticas » 24 feb 2023

Historia Encarnacena

Encarnación es Carnaval desde hace 117 años

Este fin de semana se despiden los Carnavales Encarnacenos 2023, en su edición 117. Con dudas, incertidumbres, miedos, pero con mucha pasión, corazón y profesionalismo, en el 2023 se superaron las expectativas de los organizadores. Ya hay fecha para el próximo año, muy pronto lo sabremos. Aquí algo de historia, relatos y fotos recopiladas por historiador, Julio Sotelo


Por:
Miryan Moreno

 

La celebración del carnaval encarnaceno comenzó en 1906 en ocasión del festejo del primer año de fundación del Centro Social. Hubo algunas suspensiones por guerra civiles, Gripe española, ciclón, guerra del Chaco e inundación en 1983. Total vigente: 117 años

El carnaval es el resultado de un buen pasar económico a comienzos del siglo XX en Encarnación, cuando comenzó a enriquecerse con la explotación de madera y yerba mate, y a construir la Villa Baja a orillas del río Paraná. Las familias más adineradas decidieron crear el Centro Social en 1905, y en 1906 crearon la fiesta de los “corsos florales”, que desfiló frente a la Aduana. Era la diversión de los ricos pasear en carros decorados con flores para tirarse perfumes y serpentinas. “Los pobres aprovechaban y miraban el desfile, que era un derroche tanto de plata como de creatividad que duraba 3 días”, refiere el profesor e historiador Julio Sotelo.

Los siguientes años el carnaval se celebró de forma particular en las casas y luego con desfiles de carros estirados por caballos frente al puerto, hasta que empezaron las comparsas municipales de hombres en 1928, que tenían más relación con el ejército que con bailes, por la guerra que se avecinaba en el 32. Al terminar la Guerra del Chaco, en 1940 comenzó a celebrarse lentamente como se conoce al corso, con algunas mujeres que se animaban a desfilar bailando ritmos tropicales, acompañadas de

Desde la década del ‘50, las figuras femeninas ya robaban toda la atención y las carrozas se convertían en alegorías temáticas, elemento clave de los corsos.

“Los participantes, en su mayoría encarnacenos, eran aplaudidos por parientes y amigos que asistían a las rondas carnestolendas. Era una fiesta familiar y de alegría, donde el público llevaba sus sillas hasta las calles céntricas de la Villa Baja”, menciona Sotelo. Los premios consistían en quién lograba más aplausos.

Para mantener la seguridad de las marchas, existían los “Diablos rojos”, que iban reprimiendo con sus “colas rojas” a los niños en el trayecto. Otros encargados de cuidar las comparsas eran los “Pieles rojas”, con plumas y flecos en sus trajes.

1977 y 1987 fueron años importantes, cuando los corsos los organizó la Comisión de Arte y Cultura. Las danzas iban al ritmo de la samba brasilera y aparecieron en escena: Tocados, Caderales, Cuellos y Espaldares, llenos de lentejuelas, pedrería y plumas.

La Comisión de Carnaval constituida en 1992  coordinó y organizó los corsos, junto a los presidentes de los 5 clubes de Encarnación: San Juan, Universal, Nacional, 22 de Setiembre y Pettirossi.

Hoy, en el año 2023, fue organizado por una Asociación denominada Club de Clubes, dirigida por el concejal  municipal Eduardo Florentin, y la participación de los clubes San Juan, Nacional y el Club Petirrossi.

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