El 16 de abril de 1582 el conquistador sevillano Don Hernando de Lerma anunciaba oficialmente la fundación de la ciudad de San Felipe del Valle de Lerma que, con el correr de los años, cambió su nombre y se convirtió en la capital de la homónima provincia del noroeste argentino.

Antes de la pandemia, fuimos privilegiados en visitar y recorrer esta hermosa provincia y su capital que estuvo de aniversario. La capital salteña fue fundada por el conquistador sevillano Hernando de Lerma. Aunque no de la manera en que los salteños hubieran deseado debido a las restricciones por la pandemia del coronavirus, en el día de ayer la ciudad de Salta está celebrando el 439º aniversario de su fundación.

Según la historia, si bien hubo tres gobernadores que estuvieron estrechamente vinculados con la fundación de la actual capital de la homónima provincia del noroeste argentino que tuvo lugar el 16 de abril de 1582, lo cierto es que solo uno de ellos fue el responsable de su fundación: el conquistador sevillano Hernando de Lerma.

Los principales objetivos de ocupar y fundar ciudades en el territorio de la por entonces Gobernación del Tucumán, eran  poder asegurarle  protección a las riquezas de las minas de plata del Potosí, consolidar un sistema de comunicación entre ellas y  facilitar el tránsito de documentación y de mercaderías, creando así un sistema comercial sólido.

Enviado por el virrey Toledo, fue finalmente de Lerma quien logró darle vida a la que ciudad a la que si bien originalmente bautizó como San Felipe del Valle de Lerma, con el correr de los años, su nombre cambió por el

Si bien existen varias versiones sobre el origen de su nombre que hablan desde que podría devenir de los tagaretes (canal o cauce natural de agua), de los pantanos y de los zanjones que por entonces abundaban en el valle y a los cuales había que saltarlos para poder atravesarlos o de su relación con el vocablo aymara “Sagta”, que significa lugar hermoso, lo cierto es que su denominación se debe al nombre de una comunidad aborigen que habitó el territorio de la actual capital salteña.

Así, mientras en julio de 1581 en la ciudad de Santiago del Estero, en un efusivo discurso, Lerma dio a conocer las causas por las cuales había elegido el valle para la fundación de la ciudad de Salta, un año más tarde plantó el rollo, picote o el Palo de la Justicia en el corazón de la que actualmente es la Plaza 9 de Julio.

Entre las principales personalidades que ese histórico 16 de abril de  1582 asistieron a la ceremonia de la fundación de la ciudad se encontraba el obispo Fray Francisco de Victoria, responsable del envío de dos imágenes religiosas desde España y a través del puerto del Callao: una de Cristo Crucificado, destinada a la Iglesia Matriz de Salta, y otra de la Virgen del Rosario para el templo de Santo Domingo en Córdoba. De esa manera, dio comienzo la historia del Milagro en Salta, ya que el Señor del Milagro es el patrono de Salta.